¿Se puede prevenir el fracaso escolar?
Los últimos estudios realizados estiman que un 29% de los niños/ñas de nuestro país presenta o está potencialmente expuesto a sufrir un “fracaso escolar”.
Esto significa que un porcentaje muy alto de niños llegarán a la edad adulta con muchas dificultades para poder acceder al mercado laboral o, si acceden, será en puestos de trabajo precario.
Son muchos los factores que pueden llevar a un niño a esta situación de fracaso escolar y en consecuencia de fracaso personal. Entre otros factores podemos destacar como causas más frecuentes:
- Déficits de causa orgánica: Déficits auditivos. Déficits visuales. Epilepsia. Alteraciones de orden genético,…
- Trastorno de Déficit de Atención y/o Hiperactividad.
- Trastornos emocionales.
- Desajustes entre el niño y el colegio.
- Superdotación / Deficiencia mental.
Para poder prevenir esta situación que va a condicionar el posterior desarrollo de nuestro hijo es importante que desde casa y junto con la colaboración del colegio desde que el niño inicia la escolaridad se observe como es su desarrollo madurativo y que posibles carencias, si es que las hay, se observan ya que cuanto antes se detecten los déficits, menor sufrimiento y consecuencias negativas hay, especialmente para el niño.
Nosotros queremos hacer especial alusión al Trastorno de la Lateralidad, ya que, aunque cada vez menos, sigue pasando desapercibido y es el responsable de que un alto porcentaje de los niños puedan fracasar escolarmente.
El Trastorno de la Lateralidad hace referencia al hecho de que una persona sea diestra de mano y zurda de ojo por ejemplo ó ambidiestra de mano (que puede hacer cosas con las dos manos) y diestra de ojo, o escribe con mano izquierda y chuta con pierna derecha o cualquier otra combinación en la que no domine un lado del cuerpo sobre el otro.
La sintomatología más frecuente que se manifiesta cuando un niño, adolescente o adulto padece esta patología es:
- Problemas Espaciales: confusión derecha-izquierda, desorden en la agenda, dificultad al orientarse (cuando salen por ejemplo del metro),…
- Atención-Concentración: parece que es un niño que está en “la luna de valencia”, dificultad en acabar las tareas escolares, no poder hacer dos tareas sencillas a la vez, dificultad al seguir el hilo de una película o un libro.
- Memoria: olvidarse los libros que necesitan para hacer los deberes en el cole, dificultad en retener una lección, dificultad en recordar nombres,…
- Percepción: copiar mal de la pizarra, añadir letras, omitir letras, pintar mal,…
En consecuencia la alteración de estas capacidades afecta directamente al aprendizaje escolar ya que dificultan por ejemplo el área del lenguaje: comprensión lectora, disgrafía, disortografia,… El área de matemáticas: tanto a nivel mecánico como de razonamiento. A nivel motriz pueden ser niños patosos o por el contrario niños muy impulsivos.
En cualquiera de los casos estas dificultades afectan directamente al desarrollo emocional del niño y en muchas ocasiones son niños que se etiquetan de vagos, tontos, inhibidos, o por el contrario faltos de límites y autocontrol.
Lo importante es realizar un buen diagnóstico y si se confirma que existe un Trastorno de Lateralidad realizar una terapia psicomotriz y de lateralidad con el objetivo de equiparar su coeficiente intelectual con su desarrollo académico, profesional y personal.